¿Cómo una ciudad con márgenes de pobreza tan altos invertiría en un transporte exclusivo para turistas cuando el transporte de la zona metropolitana es tan rudimentario?
El presupuesto gubernamental en transporte y movilidad debe priorizar la inclusión, la conectividad y la intermodalidad, es decir, que pueda descender de un transporte para poder utilizar otro alternativo. Pero, sobre todo, la masificación, que la mayor cantidad de personas puedan usarlo.
Los trenes suburbanos están considerados como una posible solución de mejora para las grandes ciudades, pero el Tren Turístico de Puebla a Cholula es una de las inversiones más inverosímiles que hayamos visto en el rubro de transporte.
A principios de agosto, el Gobierno del Estado anunció que realizará un estudio para determinar la viabilidad del Tren Turístico Puebla-Cholula, ya que su funcionamiento le cuesta millones de pesos al mes. Tan solo por trasladar a un pasajero el costo asciende a mil 500 pesos por viaje.
Además, se analizará si esta obra seguirá en funcionamiento, ya que al principio el pasaje era de 10 pesos, pero debido a la pandemia de Covid-19 se determinó que fuera gratuito.
Los poblanos que conocieron el Trenecito del Paseo Bravo que entretuvo a varias generaciones de niños, coincidirán en que ese atractivo local, fue más turístico y redituable que esta mala inversión estrenada en 2017.
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