Carolina R. López: crl.casadelsol@gmail.com
La institucionalización es un proceso presente en diversos ámbitos de la vida humana; se puede ver en clubes deportivos, escuelas, y casas hogar, entre otros. La institución se define como un conjunto de acciones destinadas a abordar una necesidad social, brindando identidad a sus miembros. En casos de estadías prolongadas, una persona puede llegar a sentirse desconectada de la vida cotidiana (Arguello et al., 2015, p.16). Además, la institucionalización puede entenderse como el proceso mediante el cual una institución introduce prácticas y normas en la vida de un individuo (Comte, 2015, p.46). Este fenómeno se observa en las casas hogar, donde se impone diversas normas que, con el tiempo, se integran en la vida diaria de la niña, niño o adolescente. La institucionalización crea una nueva realidad distinta a la experiencia previa del individuo; en el caso de niñas, niños y adolescentes sin una red de apoyo, este proceso representa un cambio significativo en sus vidas.
A través de la historia de Casa del Sol se han tenido egresos por diferentes motivos (reincorporación a sus familias, procesos de adopción o canalización a diferentes instituciones), debido a lo cual se puede percibir un sentido de pertenencia en algunas ocasiones, ya que aquellas niñas, niños y adolescentes que vivieron en Casa del Sol han vuelto a tocar las puertas de la institución, solicitando recorrer las instalaciones.
Por otro lado, desde el psicoanálisis, Jacques Lacan, a groso modo, menciona que el sujeto es hablado por el gran Otro (Lacan, 1977). El Gran Otro no se refiere a una persona específica, sino más bien a una estructura simbólica o sistema de normas, valores y significados depositados que preexistentes al individuo. De modo que, si las y los egresados de Casa del Sol regresan para recordar lo que ellos vivieron en algunas ocasiones es influenciado por el discurso de ese Gran Otro que experimentaron.
Asímismo, esa misma acción se puede interpretar en términos de Sigmund Freud, desde la pulsión de las y los egresados de Casa del Sol, pulsión que descargó o encontró una satisfacción en las instalaciones, incluso en el personal. La pulsión es una fuerza interna e inconsciente que impulsa al ser humano a actuar para reducir una tensión o satisfacer una necesidad. En otras palabras la pulsión es una fuerza psíquica inconsciente que motiva al individuo a actuar, buscando liberar tensiones internas y alcanzar estados de satisfacción o equilibrio. Dentro de ese concepto existen la pulsión de vida y la pulsión de muerte, donde (de una forma resumida) la pulsión de vida está orientada a la permanencia y la pulsión de muerte se encuentra orientada a la destrucción (Freud, 1920). Así, los actos que las y los niños de Casa del Sol realizan en las intalaciones, como los movimientos bruscos en las puertas y ventanas, las paredes pintadas, los juguetes que rompen, entre otras acciones, serían tan solo un ejemplo de cómo esa carga pulsional encuentra una satisfacción momentánea. Cabe mencionar que su actuar respecto a las educadoras (golpes o abrazos) sería una descarga de pulsión, empero las educadoras no son parte de las instalaciones pero sí parte de la institución. Es necesario hacer esa aclaración es debido a no cosificar el trabajo de una educadora. Esa descarga pulsional crea un vínculo entre Casa del Sol y el o la niña egresada. Creando de cierta forma o mejor dicho creandoles forma a las y los niños. Por ello, es importante señalar el significante «de» en la frase: niños y niñas de Casa del Sol, ya que de cierta forma, las niñas y niños quedan nombradas por la institución. La institución estaría en el lugar del Otro que menciona Lacan.
Para hablar de un sentido de pertenencia se trae a colación el concepto “Yo” de Sigmund Freud, el cual es una de las tres estructuras principales de un sujeto, junto con el Ello y el Superyó. Freud define el Yo como la instancia psíquica que actúa como mediadora entre los impulsos primitivos del Ello, las restricciones morales del Superyó, así como las exigencias de la realidad (Freud, 1923).
El Yo se forma a partir del Ello el cual se desarrolla en los primeros años de vida, conforme el individuo interactúa con su entorno. Por lo tanto, el sentido de pertenencia de los y las niñas de Casa del Sol puede explicarse en tanto la fuerza pulsional se descarga en las instalaciones o la institución.
A través de la experiencia, se ha observado cómo las y los egresados al volver a su Casa del Sol, comienzan a explicar cómo era antes la casa o las vivencias que tuvieron ahí. Por ello, la vida de un egresado no solo depende de la institucionalización sino también de la descarga pulsional y el discurso del Otro que recibieron. Ya que no solo es cuestión de estar dentro de las instalaciones sino también de las vivencias, compañeros, amigos, adultos, etc. Es recordar un lugar que fue parte de un proceso. Por lo que, existe un proceso de duelo al salir de Casa del Sol, ya que al estar depositadas las pulsiones en todo lo que constituye la insitución, hay una parte del Yo de las y los egresados que los hace deseear volver a ese lugar que les permitió construir una vida.
Por lo tanto, las casas hogar tienen una gran responsabilidad al momento de escribir la identidad de la institución, ya que en esos párrafos estarán escritas algunos signiticantes de las niñas, niños y adolescentes, los cuales se volverán parte de su estructura psíquica, recalcando que no depende del significado de un diccionario sino del significante que, en términos psicoanalíticos, signifique algo para los residentes de Casa del Sol, y que les permiten tenen una identidad con dignidad.