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Cuando un país envejece antes de volverse rico

Editorial de negocios y sociedad. Por Héctor Rodrigo Ortiz.

El gigante que se quedó sin juventud

Durante décadas, China fue el gran motor del crecimiento mundial.
Su fuerza laboral —abundante, joven y disciplinada— levantó fábricas, construyó ciudades y alimentó el auge tecnológico que transformó al planeta.
Pero hoy, ese mismo país enfrenta una crisis que no se resuelve con innovación ni dinero: se está quedando sin jóvenes.

Por primera vez en sesenta años, la población china está disminuyendo.
El último conteo de Naciones Unidas estima 1 416 millones de habitantes, pero las proyecciones apuntan a un desplome hacia 633 millones para el año 2100, es decir, una pérdida de casi la mitad de su población.
Su tasa de fertilidad ronda apenas 1.0 hijos por mujer, una de las más bajas del planeta.

De política exitosa a error estratégico

El origen está en las políticas de control natal aplicadas desde los años setenta.
Primero con la campaña “Later, Longer, Fewer” y luego con la política del hijo único, que buscaba frenar el crecimiento demográfico y concentrar recursos.
El resultado, en su momento, fue exitoso: China logró elevar su PIB per cápita, reducir la pobreza extrema y enfocar su economía hacia la modernización industrial.

Sin embargo, esa misma estrategia dejó una herida demográfica profunda.
Hoy el país envejece más rápido de lo que se enriquece.
Su fuerza laboral se contrae, el gasto en pensiones se dispara y millones de mujeres en edad fértil han decidido no tener hijos, ni siquiera bajo incentivos estatales.
El propio gobierno chino reconoce que la política fue demasiado efectiva… y demasiado tarde para revertirse.

El espejo mexicano

México, por su parte, vive la fase opuesta: todavía presume una población joven, pero con señales claras de desaceleración demográfica.
La tasa de fertilidad cayó a 1.9 hijos por mujer en 2023, según el Banco Mundial, y la ONU proyecta que podría descender a 1.6 para el año 2100, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional (2.1).

Eso implicaría que México pasará de 130 millones de habitantes actuales a unos 116 millones hacia finales de siglo.
Si no generamos condiciones laborales, tecnológicas y sociales para retener y empoderar a los jóvenes, podríamos terminar repitiendo la historia china: una nación envejecida antes de ser verdaderamente próspera.

Lo que realmente está en juego

El dilema no es solo económico.
Es cultural, emocional y humano.
Cuando un país envejece, no solo pierde trabajadores: pierde energía creativa, innovación y esperanza.
Y cuando los jóvenes no encuentran futuro, el ciclo se rompe por el otro extremo.

Quizá la lección de China no sea temer al crecimiento poblacional, sino aprender a invertir en las personas que ya tenemos.
Porque el desarrollo sostenible no se mide por cuántos somos, sino por cuánto creemos en el futuro que construimos juntos.

Fuentes:

  • United Nations, World Population Prospects (2024)
  • Pew Research Center, China’s Shrinking Population and What It Means (2023)
  • Brookings Institution, The End of China’s One-Child Policy (2024)
  • World Bank, Country Data: China and Mexico (2024)
  • Trading Economics / Banco Mundial, Tasa de fertilidad México 2023

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