El presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (JUGOCOPO) del Congreso del Estado de Puebla, Pavel Gaspar Ramírez, asistió a la comunidad de Ayoxuxtla, en el municipio de Huehuetlán el Chico, para encabezar la ceremonia por el 114 aniversario de la firma del Plan de Ayala, documento histórico proclamado el 28 de noviembre de 1911 bajo el liderazgo de Emiliano Zapata.
El Plan de Ayala: primer acto de justicia para los campesinos
Durante su intervención, Gaspar Ramírez subrayó que el Plan de Ayala representó el “primer grito formal contra el despojo” y el reconocimiento de que la tierra debía volver a quienes la trabajaban. Señaló que este documento simboliza la base de un proyecto de nación sustentado en la justicia social.
“El México de 1911 era un país convulsionado y herido, pero vivo; un México rural donde la tierra era esperanza y al mismo tiempo condena. Millones de campesinas y campesinos mantenían encendida la llama de la dignidad, aun en un entorno dominado por la injusticia”, expresó.
Ayoxuxtla: símbolo histórico del movimiento agrarista
El diputado destacó que Ayoxuxtla se convirtió, de manera natural, en un referente histórico al ser el lugar donde se promulgó el Plan de Ayala.
“Un paisaje árido para los derechos, pero fértil para la rebeldía justa”, describió.
Reconocimiento al papel del campo y de los campesinos en México
Pavel Gaspar reconoció a las y los campesinos que, a lo largo de décadas, han sostenido la alimentación del país pese a conflictos, crisis, pandemias y sequías.
El legislador, representante del Distrito 23 con cabecera en Acatlán de Osorio, recordó que desde el Congreso del Estado se han impulsado acciones para apoyar al campo, a las comunidades migrantes y al sector ganadero, aunque afirmó que aún se requieren más políticas públicas que beneficien directamente a quienes trabajan la tierra.
El campo, presente y futuro de México
“El campo no es el pasado de México, es nuestro presente y será nuestro futuro; es la raíz que sostiene al árbol de la patria y la fuerza que alimenta nuestros hogares”, afirmó.
Gaspar Ramírez concluyó con un llamado a mantener vivo el legado campesino:
“Larga vida a las y los campesinos de México, larga vida a su lucha, a su trabajo y a su dignidad incansable”.
