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De la Ibero a Harvard: cómo la IA provoca abandono escolar y una brecha de género en las universidades

La inteligencia artificial (IA) dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una fuerza que está transformando el presente, especialmente en el ámbito educativo. Su rápido desarrollo ha despertado tanto entusiasmo como preocupación en todo el mundo, desde universidades mexicanas hasta instituciones de élite como Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Un reciente estudio donde participaron la Universidad Iberoamericana Puebla (IBERO Puebla) y la Universidad de Guadalajara (UDG) reveló una brecha de género en el uso de ChatGPT entre estudiantes universitarios. Mientras que los hombres tienden a ver esta herramienta de IA como un aliado para fortalecer su pensamiento crítico, las mujeres muestran mayor cautela, priorizando la interacción en el aula y manifestando preocupaciones éticas y de privacidad.

La investigación, derivada de un estudio internacional, encuestó a mil 203 estudiantes de 22 estados de la República, con una participación destacada de Ciudad de México y Puebla, seguidas de Michoacán, Jalisco, Nuevo León y Veracruz. La Dra. Belinka González Fernández, académica del Departamento de Ciencias e Ingenierías de la IBERO Puebla y coautora del estudio, señaló que el menor uso de ChatGPT por parte de mujeres se relaciona con la percepción de que su empleo podría vulnerar la ética académica y exponer información personal.

“El reto para las universidades es establecer políticas claras sobre el uso de la inteligencia artificial en la educación y brindar espacios de capacitación, especialmente para las mujeres, de forma que se pueda aprovechar el potencial de estas herramientas sin riesgos”, subrayó González Fernández.

De la precaución ética en México al miedo existencial en Estados Unidos

Mientras en México el debate gira en torno a la ética, la equidad y la regulación del uso de IA, en universidades de élite estadounidenses el escenario es más drástico: estudiantes están abandonando sus carreras para dedicarse a tiempo completo a prevenir los riesgos de la inteligencia artificial general (IAG), una hipotética tecnología capaz de realizar cualquier tarea humana con igual o mayor eficacia.

Casos como el de Alice Blair, exalumna del MIT, ilustran el nivel de alarma. Blair decidió dejar la universidad convencida de que la llegada de la IAG podría ocurrir en menos de una década y amenazar la supervivencia humana. Actualmente trabaja en el Centro para la Seguridad de la IA, una organización sin fines de lucro dedicada a investigar y prevenir los riesgos de estas tecnologías.

Otro ejemplo es Adam Kaufman, exestudiante de Harvard, quien dejó sus estudios de Física e Informática para unirse a Redwood Research, un laboratorio que analiza sistemas de IA potencialmente engañosos.

“Si tu carrera está a punto de ser automatizada para finales de la década, cada año que pasas en la universidad es un año menos de tu trayectoria”, afirmó Kaufman.

Miedo al desempleo masivo y a la obsolescencia académica

El temor no se limita a un escenario apocalíptico. Un gran número de estudiantes teme que la IA destruya sus perspectivas laborales antes incluso de graduarse. Un sondeo en Harvard reveló que la mitad de sus alumnos está preocupada por cómo la automatización afectará sus carreras.

Empresas como Anthropic advierten que la IA podría eliminar hasta el 50 % de los empleos administrativos de nivel inicial, elevando el desempleo al 20 % en los próximos años. El propio Sam Altman, CEO de OpenAI, ha pronosticado que la IAG podría llegar antes de 2029, mientras que Demis Hassabis, de Google DeepMind, estima un plazo de cinco a diez años.

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En este contexto, algunos estudiantes optan por fundar startups antes de que, temen, sea “demasiado tarde”. Ejemplos incluyen a Michael Truell (Anysphere) y Brendan Foody (Mercor), quienes abandonaron el MIT y la Universidad de Georgetown, respectivamente, para lanzar empresas tecnológicas valuadas en millones de dólares.

Un cambio global en la educación superior

El contraste entre México y Estados Unidos refleja una realidad común: la inteligencia artificial está redefiniendo el sentido de la educación universitaria.

  • En México, el foco está en la ética, la equidad de género y la regulación institucional del uso de IA como ChatGPT.
  • En Estados Unidos, crece el temor existencial y laboral que lleva a estudiantes a abandonar sus estudios para trabajar en la seguridad de la IA o emprender antes de ser desplazados.

En ambos casos, el debate ya no se limita a lo técnico: es cultural, económico y ético. Los expertos coinciden en que las universidades deberán adaptarse rápidamente, ofreciendo políticas claras, programas de capacitación y una visión estratégica que prepare a los estudiantes para un mundo donde la IA será parte integral —y posiblemente determinante— de sus vidas profesionales.

Con información de Forbes y https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0315011

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