La certeza también se construye: Casa del Sol, organización PLATINO

Por Enrique Valentín*
Hay logros que se celebran con aplausos, y hay otros que se celebran con una respiración profunda, mirando hacia atrás y reconociendo todo el camino recorrido; este es uno de esos momentos. En Casa del Sol, acabamos de recibir una noticia que nos llena de orgullo: fuimos reconocidos como organización de nivel PLATINO por Fundación Quiera, tras un proceso de evaluación promovido por Fundación Compartamos Banco obtuvimos una calificación del 96%, pero más allá del número, lo que celebramos es lo que ese porcentaje significa: confianza, transparencia y compromiso con nuestras niñas, niños y adolescentes.
En el mundo de las organizaciones civiles, las palabras pesan, pero los hechos convencen, por eso, abrir nuestras puertas para ser evaluados fue una decisión que tomamos con plena conciencia. Queríamos que una institución externa, con metodología y mirada profesional, revisara cada rincón de nuestro trabajo: desde cómo planeamos hasta cómo cuidamos, desde cómo administramos los recursos hasta cómo escuchamos las emociones de las niñas y niños que acompañamos.
El resultado nos confirma que vamos por buen camino, pero sobre todo, da certeza a quienes confían en nosotros. A los donantes, a las empresas, a las fundaciones aliadas y a las personas que cada mes hacen un esfuerzo por aportar un poco: esta evaluación les asegura que su apoyo no se va en saco roto, que cada peso, cada hora y cada gesto de solidaridad se transforma en bienestar real.
Porque cuando se trata de la niñez, no hay margen para improvisar; una evaluación así nos permite demostrar que lo que hacemos está respaldado por procesos claros, gente capacitada y una ética de trabajo que no se negocia.
A veces, en medio de los reportes, las planeaciones y los indicadores, se nos puede olvidar lo esencial, pero en Casa del Sol siempre recordamos que el centro de todo son las niñas, los niños y los adolescentes. Ellos son quienes nos mueven, quienes dan sentido a las horas largas, a los retos diarios y a las decisiones difíciles.
Por eso, cuando llegó esta evaluación, la asumimos como una oportunidad para ver si todo lo que hacemos, desde los modelos de atención y la salud mental hasta la educación y la alimentación, realmente está logrando lo que buscamos: que cada niña y cada niño viva en un entorno donde se sienta seguro, escuchado y valorado.
El bienestar de la niñez no es una meta que se alcanza una vez y ya, es un proceso diario, una tarea que se ajusta y se mejora constantemente. Y esa es la enseñanza más grande de este proceso: que la calidad institucional también es una forma de cuidar.
Quien diga que los logros se consiguen en solitario, no conoce la vida dentro de una organización social. Lo que hoy celebramos es fruto de un esfuerzo conjunto, de un equipo que trabaja con el corazón por delante y los pies bien puestos en la tierra.
Desde las educadoras que atienden cada día a niñas y niños, hasta las psicólogas, enfermeras, educadoras, personal administrativo y de mantenimiento, todos aportan su parte para que Casa del Sol funcione como un verdadero hogar. No hay labor pequeña, cada quien, desde su trinchera, sostiene un pedacito del bienestar de los demás.
Como decimos en México, “grano a grano, se llena el costal”, y eso es exactamente lo que hemos hecho: sumar esfuerzos, apoyarnos entre todos y no soltar el rumbo, aun cuando las circunstancias se ponen difíciles.
Esta evaluación es también un reconocimiento al trabajo silencioso de cada persona del equipo, a su compromiso, su profesionalismo y su entrega. Y es que no se llega al nivel PLATINO por casualidad; se llega con constancia, con cuidado y con un amor profundo por lo que se hace.
Detrás de una organización sólida, siempre hay un liderazgo comprometido, por ello en Casa del Sol, ese papel lo desempeñan con dedicación el Patronato, el Consejo Directivo y la Presidencia, tres pilares que han sabido equilibrar visión, gestión y sensibilidad humana.
El Patronato vela por que los recursos se administren con transparencia y que nunca falte lo necesario para la atención integral. El Consejo Directivo aporta su experiencia y su mirada estratégica, asegurando que cada paso esté alineado con la misión institucional. Y la Presidencia, con su liderazgo cercano y su firmeza, impulsa a todo el equipo a no perder de vista lo más importante: proteger y construir, de la mano de niñas y niños, un proyecto de vida.
Gracias a esta estructura, Casa del Sol ha logrado mantenerse fuerte y coherente, en tiempos donde la desconfianza social puede minar los esfuerzos de las organizaciones civiles, contar con órganos de gobierno activos, preparados y éticos es una de las mayores fortalezas que podemos tener.
Toda organización social vive del compromiso, pero también de la confianza y como dice el dicho, “la confianza cuesta trabajo ganarla pero se pierde en un segundo”, por eso, para nosotros este reconocimiento tiene un valor doble: valida internamente nuestro trabajo y externamente refuerza la credibilidad que hemos construido a lo largo de los años.
Nuestros aliados, ya sean fundaciones, empresas o personas, pueden tener la certeza de que su apoyo no solo se usa bien, sino que se multiplica. Cada donativo se traduce en alimentos, terapias, educación, atención médica, acompañamiento emocional y, sobre todo, oportunidades de futuro para las niñas y los niños que forman parte de Casa del Sol.
En estos tiempos donde las causas abundan y los recursos son limitados, saber que una organización opera con estándares tan altos de calidad genera confianza. Y así se abren puertas, invita a nuevas alianzas y motiva a más personas a sumarse.
Esta evaluación es, de alguna manera, una carta de presentación que dice: “Aquí se trabaja bien, aquí se cuida de verdad, aquí cada acción tiene sentido.”
Ser una organización PLATINO no es un trofeo que se coloca en un estante; es una responsabilidad que se renueva cada día, este logro nos obliga a mantenernos atentos, a seguir mejorando y a no conformarnos con lo ya alcanzado. Sabemos que los retos no desaparecen: cambian, se transforman, exigen nuevas respuestas, pero también sabemos que tenemos las herramientas, el equipo y la convicción para enfrentarlos.
Lo más importante es que esta evaluación nos recordó algo fundamental: nuestro trabajo tiene impacto real en la vida de las niñas y los niños. Cada cambio interno, cada proceso que afinamos, cada evaluación externa, en el fondo, tiene un solo propósito: mejorar las condiciones de vida de quienes confían en nosotros. Y aunque la excelencia institucional es importante, nunca olvidamos que lo verdaderamente valioso son las historias que hay detrás: las sonrisas recuperadas, los sueños que empiezan a tomar forma, las niñas y los niños que, con el tiempo, logran creer de nuevo en sí mismos.
Este reconocimiento llega como un recordatorio de todo lo que hemos construido, pero también como una invitación a mirar hacia adelante. A seguir tejiendo alianzas, fortaleciendo capacidades y manteniendo vivo ese espíritu de servicio que nos ha caracterizado desde el inicio.
Agradecemos profundamente a Fundación Compartamos Banco y Fundación Quiera por su acompañamiento y por impulsar este tipo de evaluaciones que no sólo fortalecen a las organizaciones, sino también al sector social en su conjunto. Gracias a ellas, hoy podemos mostrar con orgullo que en Casa del Sol no sólo tenemos corazón, sino también estructura, planeación y resultados.
En un país donde aún hay tanto por hacer por la niñez, cada paso hacia la transparencia y la excelencia institucional cuenta. Porque cuando una organización demuestra que trabaja con claridad y compromiso, abre el camino para que más niñas y niños tengan la oportunidad de vivir con dignidad.
Al final del día, la evaluación PLATINO no habla sólo de números ni de indicadores, sino de personas: de quienes donan, de quienes sirven, de quienes acompañan, y, sobre todo, de quienes reciben el acompañamiento con una esperanza nueva.
En Casa del Sol creemos que la confianza se construye con hechos y se sostiene con corazón. Este reconocimiento nos anima a seguir siendo una institución que trabaja con la cabeza fría y el corazón caliente, con procesos sólidos y una profunda sensibilidad humana.
Seguiremos caminando con paso firme, sabiendo que cuando se trabaja en equipo, con propósito y con amor, hasta el sol más fuerte se siente ligero.
Porque en Casa del Sol, protegemos y construimos, de la mano de niñas y niños, un proyecto de vida.
*Es Director Ejecutivo de Casa del Sol



