BUAP crean un chip que revela bacterias y toxinas invisibles en hospitales y en tu comida favorita
BUAP desarrolla biosensores innovadores para detectar bacterias patógenas y toxinas en alimentos

La Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP avanza en el desarrollo de biosensores ópticos y electroquímicos capaces de detectar bacterias patógenas y toxinas en entornos hospitalarios y alimentos, fortaleciendo la investigación mexicana en biotecnología aplicada a la salud pública.
El proyecto, encabezado por el doctor Luis Ramiro Caso Vargas, busca crear herramientas rápidas, seguras y precisas para identificar microorganismos como Pseudomonas aeruginosa y Brucella spp., así como aminas biógenas responsables de intoxicaciones alimentarias.
Detección hospitalaria de bacterias resistentes
La bacteria Pseudomonas aeruginosa es común en hospitales —en instrumentos quirúrgicos, catéteres o incluso en desinfectantes— y puede causar infecciones severas en pacientes inmunodeprimidos. Además, su resistencia a antibióticos la convierte en un riesgo sanitario difícil de erradicar.
Para enfrentarla, el doctor Caso Vargas desarrolló un biosensor óptico basado en obleas de dióxido de silicio, material utilizado en microprocesadores, modificado químicamente para inmovilizar anticuerpos que reconocen a la bacteria.

“El dispositivo funciona como un detector biológico de alta precisión. Su estructura permite que los anticuerpos identifiquen a las bacterias de forma selectiva y rápida”, explicó el investigador.
En el proceso se emplean técnicas avanzadas como espectroscopía infrarroja (FT-IR), microscopía electrónica de barrido (SEM) y microscopía de fluorescencia, que confirman la correcta ensambladura del sensor y la presencia del patógeno.
El proyecto cuenta con la colaboración de la doctora Norma Elena Rojas Ruiz, del ICUAP, especialista en aislamiento de microorganismos ambientales.
Tecnología con nanopartículas de oro
Otra vertiente del estudio incluye biosensores con nanopartículas de oro, los cuales son más pequeños que una bacteria y permiten analizar muestras líquidas como las de tuberías o sistemas de agua.
“Funcionan como misiles teledirigidos: las nanoesferas van directamente hacia la bacteria”, explicó Caso Vargas.
La presencia de Pseudomonas aeruginosa se detecta mediante la intensidad de la fluorescencia, una técnica que ofrece resultados rápidos y alta sensibilidad. Esta línea de trabajo se desarrolla junto con la doctora Leslie Arcila Lozano, Investigadora por México comisionada al Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada del IPN.
Biosensores para prevenir intoxicaciones alimentarias
El equipo también trabaja en la detección de Brucella spp., bacteria responsable de la brucelosis por el consumo de productos lácteos contaminados. Este sistema usa un soporte de dióxido de silicio con anticuerpos específicos, desarrollado en colaboración con los doctores Edith Chávez Bravo (ICUAP) y Efraín Rubio Rosas (Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento).
En el ámbito alimentario, el investigador centra su atención en las aminas biógenas, compuestos tóxicos que surgen durante la descomposición de alimentos. Para ello diseñó un biosensor con la enzima Diamina Oxidasa, capaz de reconocer dichas moléculas y emitir una señal visible de color.
“Probamos el sensor en quesos añejo, azul, gouda, así como en salmón y tilapia. Entre más oscuro el cambio de color, mayor contaminación detectada”, detalló Caso Vargas.
Innovación mexicana con impacto global
Además, el académico —integrante del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores— desarrolla sensores electroquímicos mediante polímeros con huella molecular para detectar histamina, la amina biógena más potente. En este esfuerzo colaboran los doctores Walter Torres Hernández (Universidad del Valle, Colombia) y Harold Díaz Segura.
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