
La Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) recibió una nueva patente por un compuesto derivado del barbasco (Dioscorea composita), que ha demostrado reducir significativamente la proliferación de células malignas en cáncer de mama triple negativo y cáncer cérvico uterino.
El desarrollo es liderado por la doctora María Guadalupe Hernández Linares, del Centro de Química del Instituto de Ciencias (ICUAP), quien destacó que el compuesto muestra una efectividad de hasta 90% en cultivos celulares de cáncer de mama y un 15% en células de cáncer cervicouterino, incluso con dosis muy pequeñas.
¿Qué es el barbasco y por qué es tan importante?
El barbasco es una planta silvestre endémica de México, rica en esteroides naturales, que crece principalmente en Oaxaca, Veracruz y el norte de Puebla. Contiene saponinas, compuestos con una parte esteroidal (sapogenina), de donde se extrae la diosgenina, base para la síntesis del nuevo compuesto azaesteroidal patentado por la BUAP.
“El compuesto presenta una fuerte actividad antiproliferativa, especialmente contra el cáncer de mama tipo triple negativo, uno de los más agresivos y de difícil tratamiento”, explicó la investigadora.

¿Cómo se desarrolló el compuesto contra el cáncer?
El equipo de la doctora Hernández extrajo la dioscina del barbasco y la transformó, mediante una ruta de síntesis de cuatro etapas, en un nuevo compuesto. Este fue purificado y probado in vitro en cultivos celulares por la doctora Maura Cárdenas García, del Laboratorio de Fisiología Celular de la Facultad de Medicina.
Los resultados fueron publicados en revistas científicas y permitieron el registro de la patente, la quinta obtenida por el grupo de investigación de Hernández Linares, quien actualmente tiene más de una docena de solicitudes en trámite.
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Contexto y relevancia del descubrimiento
Según el INEGI, el cáncer de mama causó más de 8 mil muertes en mujeres durante 2023, representando casi el 30% de los casos de cáncer en México. Por su parte, el cáncer cervicouterino sigue siendo la segunda causa de muerte femenina, con más de 13 mil diagnósticos anuales, según la Secretaría de Salud.
El compuesto desarrollado por la BUAP abre una nueva vía para tratamientos más efectivos y menos invasivos, lo que ha despertado interés en el sector farmacéutico para su escalamiento industrial.
Un legado que comenzó en los años 40
Este hallazgo se enmarca en una larga historia de investigación sobre el barbasco en México, iniciada por el científico estadounidense Russell Earl Marker, quien en los años 40 descubrió en esta planta la diosgenina, precursor de la progesterona. Su trabajo dio origen a la empresa Syntex, clave en el desarrollo de los primeros anticonceptivos orales.
Próximos pasos: de la patente al uso terapéutico
El objetivo ahora es escalar el proceso de síntesis y lograr su aplicación clínica, para lo cual se requerirá inversión y colaboración con la industria farmacéutica. El compuesto destaca por su potencia con dosis bajas y la posibilidad de desarrollo como tratamiento contra otros tipos de cáncer y enfermedades que generan pérdida de masa muscular, como el SIDA y algunos efectos post-COVID.
El equipo colaborador incluye a científicos como Maura Cárdenas, Gabriel Guerrero Luna, Fermín Flores Manuel, Alejandra Ortiz González y Sylvain Bernés, así como estudiantes de posgrado de la BUAP.