Por: Fernando Valdés Benavides, Investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C. (IMCO)
México está en medio de una crisis de inversión. De acuerdo con los últimos datos del INEGI, los niveles de inversión fija bruta, los recursos que destinan las empresas y el gobierno para maquinaria, equipo y construcción de infraestructura en el país, está 10% por debajo que los niveles que se tenían en diciembre de 2018. Esta es una crisis que precede a la pandemia y que, para salir de ella, requiere de acciones desde lo local.
Tanto la inversión pública como la privada son clave para la prosperidad futura de nuestras familias y comunidades. Ambas se relacionan y se refuerzan mutuamente. Inversiones públicas estratégicas y en coordinación con las necesidades de comunidades y empresas suelen ser recompensadas con inversiones privadas complementarias. Es por esto que IMCO realizó un estudio sobre la inversión pública en los estados.
El estudio resalta dos hallazgos generales que preocupan: tenemos una cartera de inversión pública federal que sigue centrada en los hidrocarburos y que no está logrando catalizar mayor inversión privada; y, gobiernos estatales que no priorizan la inversión pública y relegan esa tarea a la federación.
Entre los hallazgos particulares del estudio destaca el caso dePuebla ya que fue la entidad que menos recursos estatales destinó del país a inversión pública por habitante en el periodo entre 2015 y 2020.
El gobierno estatal no solo ha reducido los montos de la inversión pública cada año, sino que, con excepción de 2017, ha destinado menos recursos de lo que tenía aprobados en su presupuesto. Es decir, ha subejercido sus recursos destinados a inversión pública.
Esta falta de inversión pública es particularmente relevante para el estado de Puebla ya que, de acuerdo con las últimas cifras de INEGI, el estado está sumergido en una recesión económica que comenzó desde antes de la pandemia. Incluso cuando vemos datos más recientes en el Indicador Trimestral de Actividad Económica Estatal del INEGI, podemos concluir que, al segundo trimestre de 2021, el estado está lejos de recuperar los niveles –no se diga la tendencia– de actividad económica que tenía a inicios de 2019.
Ante la retirada del gobierno federal de programas como el Fondo Metropolitano, el Programa de Mejoramiento Urbano e Internet para Todos, necesitamos que los gobiernos estatales asuman su rol de inversionistas. Trabajando de la mano de sus comunidades y empresas para: dignificar espacios públicos; facilitar la movilidad sustentable de áreas rurales y suburbanas; y, cerrando la brecha digital en zonas marginadas.
Por el bien del estado y del país, los poblanos deben recuperar su capacidad de atraer y retener inversión. La razón es tan simple como urgente: sin inversión Puebla no tendrá desarrollo.